Los buenos domingos

Me levanto prontito y es domingo.

Aún estoy aletargada y podría lavarme la cara, porque tengo los ojos pegados, pero no lo hago.
Por que hoy es domingo, y no un domingo cualquiera, si no uno de esos en los que entra aire fresquito por la ventana que me trae olor a verde del parque.

Me preparo un café, y lo saboreo muy despacio porque me doy cuenta, que hoy después de muchos días y muchos meses no tengo nada que hacer, ni explicaciones que dar, por que vuelvo a estar en MI CASA.
Y saboreo el café y me dejo acariciar por el aire freso y miro por la ventana el sol allí muy alto....y giro la cabeza y veo a mi negro enrollado entre la sabanas como un regalo.....y me voy a la cama también....y hay cuatro pies enredados que juegan juntos y me acaricia el pelo y este me hace cosquillas y le digo;
--Hay cuanto pelo!!
Y el me lo retira y dice muy bajito
--Pelo!! deja a Palmobita tranquila..
--Gracias le digo muy seria.
y el le da las gracias a mi pelo
-Tu pelo dice que de nada...

Es lo que tiene poder dejar pasar el tiempo....

Tiene la piel suave y fibrada, parece ébano recién pulido y me pierdo en su espalda, ébano salido de uno de los continentes mas viejos que existen, un continente de culturas ancestrales que encierran ocho mi secretos; ocho mil secretos como el negro absoluto de sus ojos.
Me encanta como huele y mientras me acaricia comienzo a adormecerme mientras el me habla muy chiquitico.
La placidez es extrema, la placidez es extrema y el va cantándome una canción de amor y mientras me la canta se emociona y a mi me pone lo piel erizada.

Salif Keita. Yamore

En el mundo ahora mismo no existe nada mas que su voz, sus manos y esta habitación.
Me quito el comisión por que ya no lo necesito mas, pa fuera!!, que se quede en el suelo!