miércoles, 7 de marzo de 2007

Lo hice ayer.


Y comencé a caminar sobre la acera mojada y mis pies estaban empapados y ya no veía,
y me puse las gafas, pero no vi mejor.
Y la rabia vino a susurrarme que yo nunca había tenido razón y la gente me miraba y yo camine sin estar en mi.
Y el agua me goteaba por el pelo y eso trozo de mi alma se había escondido, y me dolía y me asfixiaba y en realidad tenia lo que yo había querido, pero dolía y en ese momento ya no lo quería o si, y fui solo agua.
Agua que ahogaba, que no daba tregua, agua que fluía sin control ni limezas, agua turbia, agua derramada, agua que buscaba y nunca llegaba. Era agua.
Levante la cabeza y no sabia donde estaba, como he llegado aquí?? Cuanto he caminado?? Ya no llueve..y volví en mi.
Ya sin ese trozo de alma, con los ojos rojos, con la calma que proporciona el llanto, con total lucidez de mis actos.
Y volví a recordarlo todo, deteniéndome en cada segundo y me regodee en el dolor y me envolví con el y lo invite a dormir conmigo y vino si; y esa noche fui tempestad y rencor y remordimientos y no me quise nada y me guste aun menos y prometí a la oscuridad mil cosas y quise volver un día atrás o aun mas y busque de nuevo todo lo que yo ya había tirado, pero no estaba y ya no dormí y aunque mi silencio fue absoluto, libre en mis entrañas la mejor y la peor de mis batallas y fue de día.
Y tenia un cansancio extremo que pocas veces he conocido, mil kilos con todos sus gramos de algo estaban sobre mi y no quería nada.
Pero me levante y fui a trabajar.
Sigue lloviendo.

1 comentario:

  1. Palomba Linda: Todos cometemos errores, el asunto es tratar de no volverlos a cometer. No deja de sorprenderme tu capacidad para los relatos que hacés. Nos estamos comunicando. Mis cariños. Andrés.

    ResponderEliminar