He robado una receta. Adelante

Hará casi un par de semanas que me fui a comprar un kilo y medio de Ímpetu y un cuarto de sonrisas sin aderezar,así puras y duras, para usarlas sin mas.

Y fue en un descuido del señor Hindú de la tienda que robe en un abrir y cerrar de ojos de entre unas baldosas rotas, la receta para fabricar por las noches las cosas que nunca debería olvidar.

No se si me detendrán por risueña o por ladrona, pero entre los vecinos ya hay un secreto a voces que de mi casa sale por las noches los olores de todos los sentimientos que me gusta guisar.

Yo desde entonces visito a menudo al señor de la tienda, que me mira satisfecho y me dice que el no sabe nada de guisos, ni recetas ni baldosas viejas, que solo sabe de algún pequeño consejo y que yo debería seguir cruzando estaciones, que aún me quedan muchas, aunque yo también sepa que nadie sabe a ciencia cierta, las que he visitado y todas a las que sueño con llegar.

Sigo apareciendo allí, por si encuentro mas recetas, o quizás a por su sonrisa sosegada o para no dejar de recordar que tan solo lo que nuestro propio corazón albergue es lo que hará movernos hacia un lugar.

Adelante.
Adelante tu también.