Y aquel viejo, mientras miraba la luz oscilante de la farola pensó que ese sentimiento, era característica común de personas que decían no poseer relaciones significativas con otras semejantes, que carecían de conexiones que les produjeran sensaciones de satisfacción y seguridad y en las cuales pudieran expresar con seguridad, con limites de precaución, o abiertamente, sentimientos y opiniones.
Sienten que no cuentan con otros seres humanos con los que puedan reírse, salir, pasarlo bien o compartir. Y no es un aislamiento social buscado, si no una desconexión impuesta por motivos externos muy variables.
Le explico al perro de pelo ralo y costillas más que evidentes, que se acerco a olisquearlo.
Y yo que entiendo bien poco a los seres humanos, te digo que no puedes ni imaginarte como facilita ese sentimiento la desunión del resto, la confusión, la angustia mordedora, la tristeza oscura y el rechazo de lo que ya tienen y ni se quiere…..
El perro, se ha quedado embelesado mirando fijamente con sus ojos velados por cataratas, quizás por que espere que le den algo de comida o quizás por que a el la conversación del viejo le interese, al fin y al cabo el no es un humano y a lo mejor si que entiende.
Algunos se descubren muy rápido vagando por este parque, como buscando algo que nunca encuentran, otros se van a rezar a santuarios que antes no hubieran querido conocer, y otros deciden plantar una semilla y venir cada día a regarla, solitarios, pero con la esperanza en la mirada de ver llegar la frondosidad de lo plantado a sus corazones.
Ven, amigo le dice al perro mientras lo tapa, no sea que ahora te enfríes con el rocío de los nuevos días, ven, que hoy no iremos al albergue municipal lleno de nadie, hoy dormiremos en este banco que esta lleno de árboles y estrellas que nunca se han marchado desde que comenzó a vivir esta tierra.
Buen viaje a tí también.
ResponderEliminarHoy también has madrugado.
Disfruta de las estrellas de la montaña.
Gracias por todo!
Yo sería, sin duda, de los plantadores de semillas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que historia mas bonita... triste pero bonita
ResponderEliminarBesicos
¿quién no quiere aislarse de vez en cuando? ¿Quién sabe lo que se siente cuando uno se aisla y se acostumbra a estar así?
ResponderEliminarSon modos de vida, como los perros, como cualquiera que no tenga miedo a estar solo.
Besos.